martes, 9 de octubre de 2012

Los «credos eclesiales» palautiano: unas de las expresiones más características de su fe


"–¿Crees en mí?
– Yo creo en ti, oh Iglesia Santa.
– Pues que crees en mí, yo te he escogido a ti para revelarme al mundo". MRel 792, 2.

 
"Volvamos a la Hija de Dios vivo, la Iglesia...  En cabeza contemplo yo siempre la eterna sabiduría de Dios, la inteligencia primera y suprema; y como yo creo que esa inteligencia clarísima y purísima me mira y me ve hace una eternidad, era muy natural estuviese yo atento a sus ojos ... Vi que me miraba y creía que me miraba con ojos favorables y de amor". MRel 727, 3

"– ¿Quién eres tú? – Yo soy tu Amada.
– ¡Una sombra! ¿Una figura? – Sí, la figura de tu Amada.
– ¿Sin realidad?  – ¿Crees en mí?
– Sí, creo en ti.  – Si crees en mí, tras la sombra verás siempre la realidad". MRel 735, 10.
 
"– ¿Quién eres tú?
– Cristo en la Iglesia, y la Iglesia en Cristo y con Cristo.
– ¿Estás tú aquí? ¡Oh Iglesia santa!
– Sí, soy yo, la que te habla. ¿Dudas? ¿Crees?
– Sí, creo en ti.
– Si crees en mí, no mires jamás la Cabeza separada del Cuerpo". MRel 785.


"– Estoy contigo.
– No te veo.
– Poco importa; estoy en ti.
– ¿Dónde?
– Te lo diré. ¿Crees en la Iglesia? ¿crees en su existencia?
– Creo". MRel 833, 12.

 
"¿Y todos los días, Amada mía, te das a mí toda entera por amor en el Sacramento del altar?
– ¿Aún esto no sabes?
– ¿Cada día te das a mí?
– ¿Crees en mí?
– Sí, creo.
– Pues yo me doy allí en fe, en esperanza, en gracia y amor". MRel 834, 13.
 
 
 
"Todos los días haces de ti misma en el augustísimo Sacramento del altar una formal y solemne entrega de ti misma a mí: yo lo creo firmísimamente, y tú eres mi herencia, mi patrimonio y las delicias de mi corazón. Eres toda mía, miembros y cabeza". MRel 791.
 
"– Yo soy la infinita belleza que buscas.
– Lo creo, pero en punto tan importante busco siempre argumentos para apoyar mi fe". MRel 792.
 
 
 
"– Yo soy tus prójimos unidos entre sí bajo Cristo, mi Cabeza. ¿Crees esto?
– Lo creo.
– ¿Crees que yo soy una realidad, crees en mi existencia?
– Lo creo.
– Pues bien, yo estoy en mi misma y en ti
– También estoy en tu voluntad y en tu corazón por amor.
–¿Lo crees?
– Sí, tu sabes que si vivo, vivo por ti y para ti". MRel 794.
 
 
 
"Tú, Iglesia, eres infinitamente bella y amable, y yo me complazco en creer en tu belleza y beldad.
Yo creo eres tú sola el objeto de mi amor, esto es, tú sola eres para mí digna de amor: todas las bellezas juntas que puedan presentarse a los sentidos no son más que una sombra que se disipa a tu presencia.
Creo esto, y es para mí la mayor felicidad el saber que existes y creer eres lo que yo deseo seas: tú eres lo que yo deseo seas y tal como a mis apetitos conviene.
Creo además que sobre ser tú infinitamente amable, eres la amante más pura, más fiel, más tierna y fectuosa que concebirse pueda". MRel 954-955.
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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