(1860-1872)


Intensifica la Actividad Misionera(1860-1872)

Recobrada la libertad de acción después de su exilio en Ibiza, se inicia para el Francisco Palau una nueva etapa en la que procede a la luz del progresivo esclarecimiento de su misión en la Iglesia.
  •   Intensa actividad como predicador en diversas capitales (1861-1863)

Definida y aclarada su misión a partir de su encuentro místico con la Iglesia en 1860 se dedica con todas sus fuerzas a esta tarea. Elige para realizarla las grandes ciudades, porque las considera focos decisivos del bien y del mal.
En un primer momento da preferencia a la predicación de tipo tradicional: novenas, sermones, triduos… Comienza esta actividad de manera sistemática en Madrid, donde predica en la Cuaresma de 1861 en San Isidro y Santa Isabel y varias novenas. Se dirige a Palma de Mallorca donde predica el mes de mayo en 1862 en la parroquia de Santa Eulalia, yen la Iglesia de Belén, en hospital de Santa Cruz en Barcelona y en Mataró. Los meses siguientes son de intensa actividad, predicando en Mallorca y por toda Cataluña. En 1863 continúa su intensa predicación en Barcelona y Baleares. Concluyó el año con un a gira por el Alto Aragón con centro en Barbastro.

  • Las misiones populares (1864-1866)

Una actividad que le era bien conocida al Francisco Palau desde los primeros años de exclaustrado, ocupó ahora lo mejor de su tiempo y energías a requerimiento de los prelados de las diócesis de Ibiza y de Barcelona.
Las misiones se promovieron por doquier en España entre 1864 y 1865 como respuesta a la llamada del Papa, que había concedido especial jubileo dadas las dramáticas circunstancias por las que atravesaba la Iglesia.
Las campañas del P. Francisco van desde enero de 1864 hasta abril de 1866, con una probable prolongación en Formentera en 1867. Se centraron en las diócesis de Ibiza y Barcelona, alternando en ambas durante el 1865. (Positio, VIII, 412-413, 444).
  •  La misión del exorcistado

La actividad más comprometida de su misión en esta época es la asistencia espiritual y material de los marginados de la sociedad. Acudían a las residencia “ElsPenitens” como único refugio posible en sus desgracias.
El Padre Palau sintió una intensa compasión y se comprometió a poner remedio dentro de sus posibilidades. Creo una institución benéfica a modo de Hospital para atenderlos material y espiritualmente.
Surgieron dificultades tanto por parte de las autoridades civiles como eclesiásticas. Esta situación le creo un conflicto interno: se sentía llamado por la Iglesia a esta misión y por otro a lado estaba la exigencia de sumisión al Obispo. Recibe la autorización del Obispo para exponer al Papa sus ideas sobre el exorcistado y aclararle su actividad, con este fin viaja a Roma (1866). A la vuelta inicia la publicación del semanario “El Ermitaño” (1868-1873) para ampliar y perfeccionar la lucha contra el mal y la impiedad.
Las autoridades civiles consideran que esta actividad es un práctica ilícita de la medicina y el 28 de octubre de 1870 le encarcelan a él y a sus colaboradores. En octubre de 1871 el juez dicta sentencia absolutoria.